7 de octubre de 2014
¿Qué es la desertificación?
La desertificación consiste en una degradación persistente de losecosistemas
de las tierras secas producida
por las variaciones climáticas y la actividad del hombre. Está presente en
todos los continentes (salvo en la Antártida) y afecta al medio de vida de
millones de personas, entre los que se encuentran buena parte de los pobres que
viven en las tierras secas.
La Convención de las
Naciones Unidas de Lucha contra laDesertificación (UNCCD) define este proceso como «la degradación de las tierras de zonas áridas,
semiáridas y subhúmedas secas resultante
de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades
humanas». Por su parte, la degradación de las tierras se define como la
reducción o pérdida de productividad
biológica o económica
de las tierras.
Las tierras secas,
que suponen un 41% de la superficie terrestre del planeta, albergaban en el año
2000 a un tercio de la población humana, es decir, 2.000 millones de
personas.
Los servicios de
los ecosistemas son
los beneficios que el hombre obtiene de los ecosistemas;
por ejemplo, cosechas, forraje y madera. En las tierras secas,
la producción de estos servicios que proporcionan
los ecosistemas está limitada por la escasez de agua. La reducción sustancial y
persistente de la oferta de dichos servicios, que está provocada por la escasez
de agua, el uso intensivo de los servicios y el cambio
climático, supone una amenaza mucho mayor en las tierras secas que
en el resto de sistemas. Las zonas más vulnerables a la desertificación son las tierras secas subsaharianas y
centroasiáticas.
La desertificación se produce como resultado de un
desequilibrio a largo plazo entre la demanda deservicios de
los ecosistemas por
parte del hombre y lo que los ecosistemas pueden proporcionar. En la actualidad,
existe una presión creciente sobre los ecosistemas
de las tierras secas en
cuanto al suministro de servicios como la alimentación, el forraje, el
combustible, los materiales de construcción y el agua, que es necesaria para el
hombre, el ganado, el riego y el saneamiento. Este incremento se atribuye a una
combinación de factores humanos (como la presión demográfica y el modelo de uso
del suelo) y climáticos (como las sequías). Aunque la interacción de dichos
factores a escala mundial y regional es compleja, sí es posible entenderla en
la escala local.
Aproximadamente entre el
10 y el 20% de las tierras secas se encuentran ya degradadas y, de no tomarse medidas al respecto,
la desertificación pondrá en peligro futuros avances en
el bienestar
humano y posiblemente
hará perder el bienestar ganado en algunas regiones. Por todo ello, la
desertificación es en la actualidad uno de los mayores desafíos
medioambientales y un obstáculo de primer orden a la hora de satisfacer las
necesidades básicas del hombre en las tierras secas.
Grito mundial para salvar la Tierra
No fue una marcha ecologista, sino un grito global para impedir que la
temperatura del planeta siga ascendiendo y condene a todo tipo de catástrofes a
millones de habitantes del planeta. Este mismo domingo se ha sabido que las
emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron un 2,3% en 2013, lo que
demuestra que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes.
La manifestación precede a una cumbre de líderes mundiales promovida por Ban Ki-moon que pretende dar un impulso a la negociación de un nuevo tratado sobre el clima. Dicha negociación deberá cerrarse a finales de 2015 en París. Será el primer encuentro de alto nivel tras el fracaso de Copenhague hace cinco años. Hay anuncios esperanzadores. Los países africanos proponen un corredor de energía limpia desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo. También se habla de detener la destrucción de los bosques en 2030. El Banco Mundial pretende poner un precio a las emisiones. Sin embargo, las divisiones entre los países ricos y emisores y los que no lo son continúan, y los intereses de los primeros amenazan, una vez más, la posibilidad de un acuerdo efectivo.
Nueva York no ha sido la única ciudad que ha acogido este domingo manifestaciones contra el cambio climático. Ciudades de todo el mundo, como Londres, Berlín, Amsterdam, París, Estocolmo, Roma, Nueva Delhi, Melbourne, Río de Janeiro, México, Bogotá, Caracas, Santiago de Chile o Buenos Aires, se sumaron a la movilización para reclamar acciones inmediatas contra el calentamiento. En total, según los organizadores, se convocaron más de 2.700 marchas en 158 países.
En España, la concentración convocada en Madrid, frente al Ministerio de Medio Ambiente, no fue muy concurrida. Los manifestantes que acudieron reclamaron al Gobierno de Mariano Rajoy que abrace la causa de las energías renovables y diga “no” a los combustibles fósiles y las centrales nucleares. “Se están impulsando medidas como la fractura hidráulica o las prospecciones petrolíferas en Canarias y Baleares, en lugar de apostar por las energías renovables, por el sol y por el viento, que es lo que más abunda en España”, denunció el ecologista Juan López de Uralde, portavoz de Equo.
Está previsto que el presidente Barack Obama anuncie ayudas a los más afectados por los desastres naturales, además de expresar su preocupación por los efectos del cambio climático, pero poco más. Los países pobres, por su parte, acusarán a los ricos de ser los responsables, con sus emisiones, de sus desgracias. La ausencia en la cumbre de los jefes de Estado o de Gobierno de países fundamentales en la negociación, como Rusia, Alemania, China, India, Canadá, Australia o Arabia Saudí, también dice mucho de las limitadas perspectivas del encuentro.
Keya Chatterjee, de World Wildlife Fund, señaló: “Llevamos años escuchando promesas. Es el momento de la acción”. Su compañera de España Mar Asunción añadió: “Queremos acciones claras y creíbles que den prioridad a la reducción de las emisiones y a los esfuerzos de adaptación al cambio climático”. Michael Bosse, del colectivo Sierra Club, que movilizó 100 autobuses hacia Nueva York, manifestó que “no se trata de juntar a unos miles en York para luego irnos a casa, sino de que los líderes vean que nuestra causa tiene un apoyo ciudadano que no se puede ignorar”. Stanley Sturgill, minero de 68 años de Kentucky, se puso como ejemplo: “Tengo los pulmones negros. Nuestros líderes políticos nos han fallado, por eso estoy aquí”.
Las evidencias científicas dan la razón a estas voces. La subida del nivel del mar desde 1992 fue el doble que en todo el siglo pasado y el escenario geopolítico global también se resiente, con 22 millones de desplazados en 2013 por desastres naturales, tres veces más que por conflictos. Maura Cowley, de Energy Action Coalition, proclamó: “Obama y los otros líderes deben sumarse a nuestra causa o harán frente a las consecuencias de sus decisiones”. Laurent Fabius afirmó: “El mensaje que nos manda la sociedad civil está a la altura de la amenaza que constituye el cambio climático. Haremos lo posible para que en París en 2015 cerremos un acuerdo universal, ambicioso y creíble”.
¿Cómo sería el mundo si se derrite todo el hielo?
La Tierra tiene un total de aproximadamente 20.8 millones de kilómetros
cúbicos de hielo y el 80% de esta cantidad en las capas de hielo orientales de
la Antártida.
Los científicos calculan que tomaría unos 5000 años para que todo el
hielo de la Tierra se derrita.
La Tierra no ha estado libre de hielos desde el eoceno, un periodo de
altas temperaturas hace 34 millones de años.
Si estas condiciones se repiten, el nivel del mar
subiría unos 70 metros lo que cambiaría las costas del mundo y taparía ciudades y enormes áreas urbanas en todo el mundo.
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